Para comprender la mente de Dios, primero debemos comprender Su corazón. Supongamos que Dios realmente nos ama y quiere lo mejor para nosotros. ¿Cómo podría esto afectar nuestra comprensión de Dios y nuestra apertura para seguirlo?
Dirigido a la mente y el corazón de la generación del Milenio, este libro pregunta y responde:
Necesito trabajar más duro para hacer feliz a Dios
Todo lo que Dios quiere que haga es ir a la iglesia
Dios nunca será feliz conmigo
Dios está esperando que me equivoque
Jesús es para niños